EMERGENCIAS TOXICOLÓGICAS
Los servicios de urgencias deben estar preparados
para recibir pacientes con cuadros clí-
nicos confirmados o con sospecha de intoxicación,
eventos traumáticos, intoxicaciones por
drogas de abuso y eventos delictivos o suicidas
asociados con sustancias tóxicas. Lo anterior obliga
a que el personal médico, de enfermería y, en
general, el equipo de trabajo de estos servicios,
estén adecuadamente capacitados y entrenados
para su manejo.
El abordaje de este tipo de pacientes requiere
especial cuidado para llegar a un diagnóstico y
tratamiento adecuados que garanticen el éxito de
la intervención médica y paramédica, con el más
alto sentido de respeto y responsabilidad durante
el manejo de atención.
Es importante recalcar que aun si no aparenta estar
agudamente enfermo, todo paciente intoxicado
debe ser tratado como si tuviera una intoxicación
que pudiera comprometer su vida. Muchos
de estos pacientes tienen intenciones suicidas,
a su vez cada caso puede estar relacionado con
hechos traumáticos y/o delictivos y generar implicaciones
de carácter médico legal. Esto obliga a la
elaboración de una cuidadosa historia clínica, al estricto
cumplimiento de cadena de custodia de las
evidencias y muestras biológicas y al uso adecuado
del laboratorio de toxicología.
Es nuestro deber, por lo tanto, estar preparados
para el manejo del paciente intoxicado y así brindarle
el mejor servicio y garantizar una óptima
atención que será, en gran medida, de beneficio
para nuestros pacientes.
Definición de toxicología:
- Es la ciencia que estudia los efectos nocivos producidos
por los agentes físicos y químicos sobre
los seres vivos y el medio ambiente. Estudia los
mecanismos de producción de tales efectos, los
medios para contrarrestarlos, los procedimientos
para detectar, identificar, cuantificar dichos agentes
y valorar su grado de toxicidad.
Clasificación clínica de las intoxicaciones
Las intoxicaciones se clasifican de acuerdo con
cuatro parámetros clínicos:
- La cantidad o dosis del tóxico.
- El lapso transcurrido entre la exposición al
tóxico y el inicio del tratamiento.
- El grado de alteración del estado general.
- El grado de alteración del estado de conciencia.
De acuerdo con estos parámetros se pueden considerar
los siguientes cuadros:
Se caracteriza porque las manifestaciones clínicas
aparecen generalmente en las primeras 48 horas
después del contacto con el tóxico. La dosis o
cantidad del tóxico es generalmente grande pero
algunos como el cianuro, paraquat, aflatoxinas y
fósforo blanco presentan cuadros agudos severos
con pequeñas dosis. Se pueden presentar complicaciones.
Las vías de penetración al organismo
más frecuentes son la oral y la inhalatoria y con
menos frecuencia la vía dérmica. Usualmente,
son intoxicaciones de tipo accidental o por intentos
de suicidio u homicidio. Se pueden dividir de
la siguiente manera:
- Intoxicación aguda leve: la dosis del tóxico
recibida es relativamente baja; siempre será
una dosis subletal. El tiempo transcurrido
desde la absorción del tóxico es bajo. No
hay alteración del estado general o es muy
leve. No hay alteración del estado de conciencia.
Se realiza manejo con medidas generales;
se observa durante mínimo 6 horas
y no amerita hospitalización posterior.
- Intoxicación aguda moderada: la dosis
del tóxico es relativamente alta, pero continúa
siendo subletal. El tiempo transcurrido
a partir del contacto con el tóxico es
suficiente para permitir mayor absorción. Se
presentan alteraciones clínicas del estado
general de carácter leve o están ausentes. Se
debe manejar con medidas generales y tratamiento
específico; amerita dejar al paciente en observación más de 6 horas para registrar
cambios que hagan necesaria o no su hospitalización.
- Intoxicación aguda severa: la dosis del tóxico
es generalmente alta; puede ser la dosis
letal o varias veces esta. Generalmente ha
transcurrido suficiente tiempo para la absorción
del tóxico. Hay severo compromiso del
estado general y alteraciones del estado de
conciencia, que van desde la excitación y el
delirio, hasta el estupor y el coma. Amerita
manejo general y específico, hospitalización
e incluso cuidado intensivo.
Intoxicación subaguda:
Es aquella cuyas manifestaciones clínicas se presentan
dentro de un periodo de 30 a 120 días. Algunos
autores incluso permiten un margen de
180 días, pero es difícil precisar en qué momento
termina este periodo y se convierte en crónica.
Las manifestaciones clínicas aparecen tardíamente,
generalmente, después de 3 a 6 meses e incluso
después de años. La dosis o cantidad del
tóxico es pequeña pero continuada y con efecto
acumulativo. En un alto porcentaje presentan
secuelas a largo plazo; la frecuencia de complicaciones
es baja. Las vías de penetración más
frecuentes son la inhalatoria y la dérmica y con
menos frecuencia la oral. Generalmente, son intoxicaciones
derivadas de la exposición a tóxicos
ambientales o de tipo ocupacional, por ejemplo,
en exposición crónica a metales pesados e hidrocarburos,
entre otros.
Causas de intoxicación general:
Dentro de las principales causas de intoxicación
se encuentran:
- Ocupacional: se presenta cuando accidentalmente
o de manera no controlada, la persona
entra en contacto con un agente tóxicoya sea por ingestión, inhalación o contacto
dérmico directo durante su actividad laboral
- Accidental: se presenta como una situación
no prevista en la cual hay una exposición no
controlada a un tóxico; puede presentarse
como un evento doméstico, por consumo de
alcohol adulterado, sobredosis de drogas de
abuso, etc.
- Intencional suicida: se da en los eventos de
autoagresión que involucran un agente tóxico
con el fin de conseguir la autoeliminación.
- Intencional homicida: se presenta en los
eventos de agresión a otra persona con un
agente tóxico con el fin de segar la vida.
- Reacción adversa: ocurre como un evento no
deseado, derivado del uso de uno o más medicamentos
y que puede ser esperable cuando
el efecto farmacológico se manifiesta de
manera exagerada o inesperada, cuando se
produce una reacción no relacionada con el
efecto farmacológico.
- Desconocida: se presenta en las situaciones
en las cuales no se logra determinar la sustancia
o agente que llevó a este evento tóxico.
- Delictiva: se presenta cuando se utiliza una
sustancia con potencial tóxico para generar
un estado de vulnerabilidad en una persona con el fin de someterla, robarla o abusar de la
misma.
MANEJO DEL PACEINTE INTOXICADO
El manejo inicial de un paciente intoxicado en
el servicio de urgencias siempre se inicia con
el sistema ABCD convencional, recordando
que estos pacientes pueden presentar traumatismos
asociados en su cuadro clínico.
El manejo propuesto contiene los siguientes pasos:
- A. Vía aérea
- B. Respiración
- C. Circulación
- D. Alteración del estado mental
- E. Diagnóstico clínico
- F. Antídoto-terapia
- G. Descontaminación
- H. Potenciar eliminación
- I. Disposición
- Dar al paciente posición adecuada y permeabilizar
la vía aérea, evaluar la capacidad del paciente
para proteger la vía aérea por medio de tos y
reflejo nauseoso. Se debe succionar y limpiar
la vía aérea de secreciones o elementos que la
obstruyan; esto es importante en el manejo de
inhibidores de colinesterasa; en caso de ser necesario
se debe asegurar la vía aérea con intubación
- Mantener permeable la vía aérea, observar movimientos
torácicos, escuchar la respiración y sentir
el flujo de aire. Si el paciente no respira se debe
practicar respiración artificial con el dispositivo
bolsa mascarilla. En caso que el paciente requiera
intubación, verifique la adecuada ventilación y oxigenación
y, posteriormente, si lo considera, confirme
la posición del tubo por medio de rayos X. Si el
paciente respira de manera espontánea confirme
que las respiraciones tengan la frecuencia y profundidad
adecuadas. El paciente intoxicado puede
presentar respiraciones lentas y superficiales,
las cuales pueden estar asociadas a depresión del
estímulo respiratorio central o puede presentarse
con polipnea asociada a cianosis que indica insuficiencia
respiratoria; además se debe examinar al
paciente en busca de signos de broncoespasmo.
En caso de polipnea también se debe considerar
la posibilidad de acidosis metabólica y en estos
casos es necesario realizar gases arteriales. Todos
estos datos son útiles para definir el tipo de manejo
que se le debe dar al paciente y la orientación
hacia la posible etiología tóxica.
A continuación se presentan algunas medidas
terapéuticas y el uso de algunos antídotos que
en determinados casos son fundamentales para
complementar el manejo de la vía aérea:
- Monóxido de carbono, gases inertes y dióxido
de carbono: el uso de oxígeno es de vital
importancia en estos casos. Se requiere administrarlo
en altas concentraciones y, además,
se debe agilizar el uso de cámara hiperbárica
cuando esté indicado en caso de CO.
- Cianuro: requiere antídoto-terapia inmediatamente
por el compromiso hipóxico a nivel
celular.
- Metahemoglobinizantes: requiere manejo inmediato
con antídoto
- Accidente ofídico Micrúrico, Crotálico o Lachésico:
debido al compromiso respiratorio
se necesita suero antiofídico, antimicrúrico o
polivalente, según el caso.
- Hidrocarburos y clorados: como existe riesgo
de neumonitis química y desarrollo de edema
pulmonar, la protección de la vía aérea
para evitar su aspiración es fundamental y es
urgente evaluar la vía respiratoria durante mí-
nimo 6 horas posterior a la exposición.
- Paraquat (bipiridilo): es el único tóxico en el
cual está contraindicado el uso de oxígeno.
- Inhibidores de colinesterasa: la administración
de atropina disminuye las secreciones
que pueden obstruir la vía aérea pero es necesario
oxigenar muy bien al paciente antes
de administrar el antídoto.
- Alergias/Anafilaxia: el edema laríngeo y la hipotensión
comprometen la vida del paciente.
Se administra epinefrina (Adrenalina) 0.3-0.5
mg SC o 0.05-0.1 IV bolo cada 5 minutos. En
niños 0.01 mg/kg, máximo 0.1 mg. También
se puede administrar corticoides y/o difenhidramina
a criterio del médico tratante según
la severidad del caso.
C. Circulación:
- Se verifica si el paciente tiene pulso. En caso de
encontrarlo débil o no tenerlo se debe iniciar monitoreo
electrocardiográfico e identificar el ritmo y
la frecuencia cardiaca, así como evaluar si presenta
algún tipo de alteración (fibrilación ventricular,
taquicardia ventricular sin pulso, actividad eléctrica
sin pulso o asistolia) que requiera manejo especí-
fico de acuerdo con los algoritmos establecidos
para cada una de estas situaciones (protocolos de
ACLS). Paralelamente se debe determinar la tensión
arterial, obtener un acceso venoso y tomar
una muestra de sangre para realización de laboratorio
clínico y toxicológico; así mismo, iniciar administración de líquidos endovenosos. Se debe solicitar
uroanálisis en caso de sospecha de tóxicos
que tengan esta vía de eliminación. En pacientes
hipotensos, con alteración de la conciencia y en
quienes se necesite manejo estricto de líquidos
se requiere colocar sonda vesical.
Recordemos que existen tóxicos que comprometen
la vida del paciente y en cuyo caso se requiere
la administración adecuada del soporte o antídoto
específico. Algunos de los más comunes son:
- Calcio antagonistas: Gluconato de Calcio.
- Beta bloqueadores: Glucagón.
- Digital: Fragmentos Fab.
- Antidepresivos tricíclicos: Bicarbonato de Sodio.
- Inhibidores de colinesterasas: Atropina
D. Alteración del estado mental
- La valoración del estado de conciencia en el paciente
intoxicado es importante y puede ofrecer
orientación hacia el agente tóxico causal. Debe
establecerse si el paciente se encuentra alerta,
si responde a la voz de llamado, al dolor o si se
encuentra inconsciente. Siempre se deben considerar
y descartar otras causas orgánicas y en caso
de historia o signos externos de trauma craneano
solicitar TAC cerebral.
- En el paciente adulto con alteración del estado
de conciencia y con sospecha de intoxicación se
recomienda el uso de 25 gramos de dextrosa IV
(50 ml de dextrosa al 50%) en el caso en que no
sea posible descartar hipoglicemia por medio de
una glucometría, teniendo en cuenta siempre la
administración conjunta de tiamina 100 mg IV o
IM para prevenir el síndrome de Wernicke en pacientes
con deficiencia de tiamina, dada la alta
frecuencia de la alteración del estado mental originada
por intoxicación por etanol. La administración
de dextrosa no se recomienda en pacientes
con trauma craneoencefálico. El uso de naloxona,
como se consideró antes, está indicado en pacientes
con miosis puntiforme, depresión respiratoria
y depresión del sistema nervioso central. Si
el paciente se encuentra intubado, se puede usar
como prueba diagnóstico-terapéutica
E. Diagnóstico clínico
- Para realizar este proceso se requiere la elaboración
de adecuada historia clínica, examen físico
detallado y la solicitud de exámenes de laboratorio
teniendo ya una primera sospecha clínica o impresión
diagnóstica que permita orientar la solicitud
tanto de exámenes paraclínicos como de análisis
toxicológico (ver Guías para Manejo de Urgencias
Toxicológicas.
F. Descontaminación del paciente intoxicado
- Es un proceso cuyo objetivo es impedir o disminuir
la absorción del tóxico en el paciente y favorecer
la adsorción por medio de sustancias
como el carbón activado.
Descontaminación de superficies
Se realiza en los casos en que ha habido contacto
o exposición al tóxico en diferentes superficies
del cuerpo, entre las que se incluyen:
Piel:
Se debe retirar la ropa que esté contaminada
con el tóxico para evitar que se continúe absorbiendo
a través de la piel. Posteriormente se debe
realizar baño corporal exhaustivo con agua y jabón
(preferiblemente con pH neutro), teniendo
énfasis especialmente en las zonas más afectadas
y en los pliegues cutáneos. Gran cantidad de
sustancias tóxicas pueden absorberse por la piel,
especialmente las sustancias liposolubles.
Ojos:
- Se debe actuar rápidamente porque la
córnea es muy sensible. El ojo afectado se debe
lavar durante 15 a 20 minutos con abundante solución
salina normal o suero fisiológico, irrigando
sin ejercer presión y utilizando de 2.000 a 5.000
cm3
en cada ojo, inspeccionando los fondos de
saco. Siempre es necesaria la valoración del oftalmólogo.
Inhalación:
- Ante un tóxico inhalado lo primero
que el rescatista debe evitar es exponerse al tóxico
sin la protección adecuada. Se debe retirar a la
víctima del sitio y suministrar oxígeno suplementario.
Estos pacientes requieren valoración y observación
cuidadosa por el riesgo de desarrollar
edema pulmonar o broncoespasmo.
Emesis:
- En general, no es recomendable la provocación
de emesis en el paciente agudamente
intoxicado por vía oral cuando se tenga disponibilidad
de practicar un lavado gástrico. Actualmente
no se recomienda el uso de jarabe de ipecacuana
por el riesgo de broncoaspiración.
La provocación de emesis está contraindicada
en las siguientes situaciones:
- Paciente con alteración del estado de conciencia,
por el riesgo elevado de producir
broncoaspiración.
- Ingestión de cáusticos o corrosivos, por el
riesgo de incremento de lesiones de la mucosa
esofágica.
- Ingestión de hidrocarburos, por el riesgo de
broncoaspiración y favorecimiento de neumonitis
química.
- Pacientes “mulas” (transportadores de
paquetes con sustancias ilícitas en el tracto
digestivo).
Lavado gástrico:
- Es la principal medida de descontaminación
en intoxicaciones agudas por vía
oral. Es más efectivo si se realiza durante la primera
hora postingestión. Está indicado en ingestión
masiva de sustancias particularmente peligrosas.
En los casos de tóxicos que pueden tener absorción
lenta, se recomienda practicar el lavado
gástrico aun si han pasado más de 6 horas, como
en el caso de antidepresivos tricíclicos, salicilatos
o fenotiazinas, e incluso en el caso de fósforo
blanco (“totes” o “martinicas”) se recomienda
lavado gástrico aun varias horas después de la
ingestión.
Carbón activado:
- Se utiliza como elemento
para limitar la absorción del tóxico y se debe dar
en cualquier ingesta tóxica, siempre y cuando esa
sustancia tenga afinidad y sea adsorbida por el
carbón activado.
Se debe administrar en dosis de 1 gramo/kg vía
oral o por la sonda orogástrica después de realizar
el último lavado gástrico con solución salina normal en solución al 25% (4 cm3
de agua por cada
gramo de carbón activado).
- Se puede dar otra dosis adicional en caso de ingestión
masiva del tóxico. En algunos tóxicos es
útil la administración repetida (cada 6 a 8 horas)
dada la circulación enterohepática o liberación
lenta de compuestos, como salicilatos, carbamazepina,
antidepresivos tricíclicos, digitálicos, fenitoína
y teofilina, entre otros.
Se debe tener en cuenta que hay sustancias con
poca o nula afinidad por este elemento; por lo
tanto, no es útil su uso en estas intoxicaciones

Remoción quirúrgica:
- En situaciones en las
cuales el tóxico se encuentre contenido en el tracto
gastrointestinal y no se logre su evacuación,
como en el caso de las “mulas” transportadoras
de cápsulas con “drogas ilícitas” potencialmente
tóxicas, como cocaína o heroína, puede llegar a
requerirse esta alternativa.
Otros:
- Algunos compuestos tienen afinidad específica
por algunos tóxicos y son muy efectivos
para limitar la absorción del tóxico. En nuestro medio
son de importancia:
- Tierra Fuller: en intoxicación por el herbicida
paraquat.
- Kayaxalate: en intoxicación por litio.
- Permanganato de potasio: en fósforo
blanco.
- Colestiramina: en organoclorados, hidrocarburos
clorinados y digitálicos.
•
- Almidón: en yodo o soluciones yodadas.
Disminución del tóxico circulante
Una vez el tóxico ha entrado en el organismo,
se busca disminuir su nivel circulante, de modo
que se limite su efecto; sin embargo, estos mé-
todos deben ser utilizados de manera correcta
y solamente cuando estén indicados. Dentro delos principales métodos para disminuir la concentración
de tóxico circulante encontramos los
siguientes:
Provocación de diuresis:
- Su objetivo es aumentar
la diuresis normal en el paciente para
favorecer la excreción rápida de los tóxicos
eliminables por vía renal al forzar la filtración
glomerular. Se recomienda la utilización de
dos tipos de diuréticos:
- Diuréticos de asa: furosemida.
- Diuréticos osmóticos: manitol.
No se deben utilizar diuréticos cuando exista lesión
renal previa o cuando el tóxico haya producido
daño renal severo en el caso de sustancias
nefrotóxicas. Se debe tener cuidado de generar
gastos urinarios altos sin la adecuada administración
de líquidos adicionales, así como evitar administrar
volúmenes altos de líquidos en pacientes
con alteración de la función cardiaca, con trastornos
electrolíticos o en ancianos.
Alcalinizar/acidificar la orina:
En el caso de
sustancias tóxicas eliminables por vía renal
que tengan pH ácido, como ASA, metanol
y barbitúricos, se deberá alcalinizar la orina,
con bicarbonato de sodio para que haya mayor
porcentaje de fracción ionizada, la cual se
elimina más fácilmente. Cuando se presenten
tóxicos con pH alcalino como la escopolamina
se facilitará la eliminación acidificando la
orina con vitamina C.
Hemodiálisis:
La diálisis es un procedimiento
efectivo para remover sustancias tóxicas
de la circulación. Consiste en hacer circular
la sangre arterial a través de una membrana
semipermeable artificial, impulsada por una
bomba de perfusión, para luego devolverla al
organismo por una vena. Este procedimiento
aumenta aproximadamente diez (10) veces la
eliminación del tóxico circulante con relación
al uso de diuresis forzada; además, permite
corregir las anormalidades de líquidos y electrolitos.
Se requiere que el tóxico tenga un
peso molecular menor de 500 daltons, sea
soluble en agua, tenga baja unión a proteínas plasmáticas y su volumen de distribución (Vd)
sea menor de 1 litro/kg.
Existen algunos parámetros generales para recomendar
diálisis:
- Poliintoxicaciones severas.
- Tóxico dializable y sin antídoto.
- Niveles sanguíneos muy altos de tóxico.
- Insuficiencia renal.
Antidototerapia
De acuerdo con el tóxico involucrado en la intoxicación
y según su indicación y disponibilidad, se
utilizará el respectivo antídoto para revertir el cuadro
tóxico.
Disposición
Dependiendo de la severidad del cuadro clínico
del paciente intoxicado admitido en urgencias,
puede requerirse observación, valoración por
otras especialidades, hemodiálisis, hemoperfusión, hospitalización en piso o manejo en unidad
de cuidado intensivo (UCI).
Es posible que en la institución donde se realiza el
manejo inicial del caso no se disponga de todos
los elementos diagnósticos, terapéuticos ni hospitalarios,
por lo cual hay que procurar la ubicación
oportuna y eficaz en una institución de nivel de
complejidad mayor, donde se cuente con los insumos
necesarios para su óptima atención.
Hay que recordar que muchos casos de intoxicaciones
tienen intención suicida; por lo tanto, estos
pacientes requieren siempre valoración por
psiquiatría para determinar el riesgo suicida del
paciente.
Además, se debe tener especial cuidado con la
ropa, las pertenencias u objetos que lleguen con
el paciente, al igual que las muestras biológicas,
que son únicas e irreproducibles, ya que estos elementos
pueden llegar a ser pieza clave en casos
médico-legales por actos traumáticos o delictivos.
Seguir los protocolos de cadena de custodia de
las muestras biológicas del paciente establecidos
en cada institución de salud.
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